“He aquí que todas las almas son
mías; como el alma del padre, así el
alma del hijo es mía; el alma que
pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4)
En este pasaje la Biblia nos
muestra un factor muy
importante, y este factor consiste en que el alma que
pecare, esa morirá. Por lo tanto, para que la persona
muera, tal persona necesita pecar. Ahora surge una
pregunta, ¿Qué significa pecado? De acuerdo a la
Biblia pecado es: (1) Quebrantar la ley de Dios (1 Jn.
3:4); (2) Obrar injusticia (1 Jn. 5:17); (3) No hacer lo
bueno (Stg. 4:17); (4) Todo aquello que no proviene de
fe (Ro. 14:23).
Con esta información acerca del
pecado hacemos
las siguientes preguntas, ¿Puede un bebé quebrantar
la ley de Dios? Respuesta: NO; ¿Puede un bebé ser
injusto? Respuesta: NO; ¿Puede un bebé no hacer el
bien cuando no sabe lo qué es el bien o el mal?
Respuesta: NO. Un bebé no puede cometer pecado,
por lo tanto, no puede ser culpable de pecado.
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“El alma que pecare, esa morirá; el hijo
no llevará el pecado del padre, ni el
padre llevará el pecado del hijo; la
justicia del justo será sobre él, y la
impiedad del impío será sobre él”
(Ezequiel 18:20).
En este verso volvemos a
encontrar la enseñanza
acerca de quién es el que va a morir. Y el texto sigue
diciendo que los que van a morir son aquellos que
cometen pecado. Pero, algo más importante que
leemos en este pasaje es la enseñanza de que los hijos
no llevan el pecado de los padres, ni los padres el
pecado del hijo. Para que la persona sea culpable de
pecado, tal persona necesita cometer esa falta y no
otros por él. Entonces, la Biblia muy claramente nos
dice que los bebés no son culpables, ni llevan el
pecado de los padres, y si los niños no llevan el
pecado de sus padres, menos podrán llevar el pecado
de Adán.
“Y vuestros niños, de los cuales
dijisteis que servirían de botín, y
vuestros hijos que no saben hoy lo
bueno, ni lo malo, ellos entraran allá, y
a ellos la daré, y ellos la heredaran”
(Deuteronomio 1:39).
¿Por qué es que los niños no
tienen pecado?
Respuesta: Porque ellos todavía no saben distinguir
entre lo bueno y lo malo. Esto, la Biblia nos lo está
diciendo y no cualquier persona. Un bebé no sabe lo
qué es bueno y lo qué es malo, por lo tanto, si él bebé
no sabe esta información, ¿cómo puede ser culpable
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de tal acción? Esto no puede ser de esta manera. El
profeta Isaías dijo algo similar a lo que está escrito en
Deuteronomio 1:39. Note lo que dijo Isaías en el
capítulo 7 y verso 16 “Porque antes que el niño sepa
desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos
reyes que tú temes será abandonada.” Este pasaje indica
que hay un tiempo en el cual el niño no sabe lo qué es
bueno y lo qué es malo. No sabe lo qué es malo para
desecharlo. La Biblia dice claramente que habrá un
día en la vida de la persona cuando podrá desechar lo
malo y escoger lo bueno.
“Y llamando Jesús a un niño, lo puso en
medio de ellos, y dijo: De cierto os digo,
que si no os volvéis y os hacéis como
niños, no entrareis en el reino de los
cielos. Así que, cualquiera que reciba en
mi nombre a un niño como este, a mí me
recibe” (Mateo 18:2-5)
Jesús dice que de los niños es el
reino de los cielos.
Jesús no está diciendo de los pecadores es el reino de
los cielos, ya que si los bebés tienen pecado, este sería
el caso. Pero, sabemos que Jesús no consideraba a los
bebés, o niños como pecadores, de otra manera, no le
hubiera dicho a los presentes que se hicieran como un
niño en la manera de actuar. Por lo tanto, Salmo 51:5
no está promoviendo la doctrina del pecado original,
la cual queda refutada por medio de la enseñanza
bíblica que hemos considerado.
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