God Has Spoken
¿Debemos creer, acaso, que los únicos ídolos que Satanás usa son las imagines? Las Escrituras dicen que él nos ofrece muchos tipos de dioses. Incluso puede llegar a ponernos a nosotros y nuestros deseos en el lugar que le corresponde a Dios, si se lo permitimos. Es muy sencillo; solo nos hace pensar, sobre todo, en lo que podemos ver. Los ojos humanos ven que, entre los animales, somos los más sabios y destacados. Esto hace que el humano parezca el más importante de los seres.
¿Qué se puede comparar con el increíble cerebro humano?, ¿qué puede evitar que el hombre cumpla con los deseos de la carne? Como dice Pablo de algunos: "su dios es su estómago" (Filipenses 3:19), "aman los placeres más de lo que aman a Dios" (2 Timoteo 3:4).
¿Quién puede dudar que los "ídolos" de hoy incluyen los placeres, el sexo, el dinero, la carrera, la seguridad, el éxito, y la fama? Muchos procuran alcanzar estas cosas con mayor seriedad que con la que buscan al Dios verdadero.
"Porque el malo se jacta del deseo de su alma, el codicioso, maldice, y desprecia a Jehová. El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios: no hay Dios ninguno de sus pensamientos" (Salmo 10:3-4).
Los deseos egoístas y el orgullo toman el lugar que debería tener Dios en sus corazones. Como dice Colosenses 3:5: "la avaricia es idolatría". La gente egoísta siempre quiere más. No les importante si le hace daño a los demás. Piensan que no hay juez para castigarlos y, por lo tanto, se aprovechan de sus semejantes. Son como los babilonios de la antigüedad: "hombres culpables, cuya fuerza propia es su dios" (Habacuc 1:11). A tales personas orgullosas Dios les dice:
"¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios en la mano de tu matador" (Ezequiel 28:9).