- NORA LUCIA VILLA CEBALLOS

LA NACION DEL MESIAS:

A TRAVEZ DE HABRAHAM FUERON BENDECIDAS TODAS LAS NACIONES Y LOS REYES DE ISRAEL DESENDERIAN DE JUDA PROFESIAS ESCRITAS POR MOISES Y TOTALMENTE CUMPLIDAS.

Moisés el escritor que abrió el Antiguo Testamento, en el año 1500 A.C. Él reveló la primera promesa de Dios, una promesa de esperanza para la familia pecadora. Dios le dijo a la serpiente:

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar (Génesis 3:15).

Desde el principio, las profecías apuntaban a un "descendiente" masculino, un niño varón. Él aplastaría o destruiría a la serpiente, o sea, Satanás (Apocalipsis 12:9). Satanás también le causaría mucho dolor.

Después, Dios habló de nuevo de un "descendiente" o "semilla." Dios escogió a Abraham y le prometió:

En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz (Génesis 22:18).

Dios repitió esta promesa al hijo de Abraham, Isaac (Génesis 21:12; 26:4) y más tarde al hijo de Isaac, Jacob (Génesis 28:14).

El otro nombre de Jacob era Israel. Él tuvo doce hijos. ¿A cuál de ellos escogió Dios? Justo después de su muerte, Israel dio a cada uno de sus hijos la bendición de Dios. Israel anunció a su hijo Judá:

No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregarán los pueblos (Génesis 49:10).

La familia de Judá tendría el "cetro," la vara de la autoridad real. En otras palabras, los reyes vendrían de Judá. Muchos años después de que el libro de Génesis se escribiera, la profecía se hizo realidad. Los reyes de Israel vinieron de la tribu de Judá. Pero había más en la profecía. Luego vendría aquel al que verdaderamente le pertenecía el cetro de los gobernantes. Sería más que el Rey de Israel, pues gobernaría "sobre todas las naciones."