LA FAMILIA DEL MESIAS

LA FAMILIA DEL MESIAS:

DIOS PROMETIO ENVIAR A TRAVEZ DE LA DESENDENCIA UN REY, JESUS ERA DESENDIENTE DE HABRAHAM Y DAVID, Y EL GOBERNADOR DE ISRAEL DEBERIA DE SALIR DE BELEN EFRATA, PUEBLO DE JESUS

El primer rey de la talla de Judá fue David, aproximadamente en el año 1000 A.C. Dios le hizo a David promesas asombrosas (2 Samuel 7:8-29; Salmo 89:3-37; Salmo 132). Estas promesas fueron repetidas por los profetas (Isaías 11:1; Amos 9:11; Ezequiel 37:24-28). Jeremías, por ejemplo, predijo:

He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David nuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso y hará juicio y justicia en la tierra (Jeremías 23:5).

El Nuevo Testamento se escribió aproximadamente seiscientos años después de Jeremías. El libro de Mateo empieza así:

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham (Mateo 1:1).

Las leyes de Israel sobre posesión de tierras obligaban a los judíos a llevar registros muy precisos de las descendencias (genealogía). Por tanto, era bien sabido entre los judíos que Jesús pertenecía a la familia de David (Mateo 9:27; 15:22, Hechos 2:22-36).

¿Fue sólo una casualidad que Jesús perteneciera a esa nación, a esa tribu y a esa familia predicha por Dios? El número de lugares en el mundo es incontable. ¿Quién podía predecir el sitio exacto del nacimiento del Mesías? El profeta Miqueas hizo un anuncio sorprendente: el Gran Rey vendría del pueblo natal (1 Samuel 16) del antepasado de David.

Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad (Miqueas 5:2).

La madre de Jesús vivió en Nazaret, pero las reglas del gobierno la hicieron viajar muchas millas, hasta llegar a Belén. Su hijo varón nació ahí, en el pueblo que Miqueas había predicho quinientos años antes (Mateo 2; Lucas 2, Juan 7:42). ¿También esto pasó por casualidad?

Andrés y Felipe sabían que sólo Dios podía predecir y cumplir de esta manera. Ellos conocían las profecías lo suficiente como para afirmar: "Hemos encontrado al Mesías." Sin embargo, algunas profecías eran más difíciles de entender y aceptar. However, some prophecies were more difficult to understand and accept.